Por octava vez en la historia de nuestro amado equipo, nuestro sufrido Independiente Santa Fe es campeón. Y toda esta alegría que vivimos en familia, la vivimos estando inmensamente agradecidos porque desde tu llegada solo has traído alegrías y grandes resultados contigo.
Eres nuestro amuleto, eres un amuleto del León.
Es importante que sepas que trataré de no tomar muchas decisiones por ti, pero me tomo el atrevimiento de imponerte el equipo de fútbol. No por capricho, no por imposiciones machistas ni mucho menos. Es porque con este equipo vas a saber lo que realmente es la vida.
Santa Fe te da lecciones de vida. Te dará muchas inexplicables.
Tienes que saber que en la vida no hay nada fácil, que los triunfos siempre llegan con mucho trabajo, con mucho esfuerzo y claro, con mucho sufrimiento.
Nada en la vida es gratuito. Los triunfos llegan cuando se trabajan hasta el último minuto.
Rodéate de gente buena, de gente fiel y leal. No siempre se debe pertenecer a los grupos masivos, hay que saber escoger. Escoge la gente que da siempre la vida por sus colores sin importar los que sean, pero selecciona la gente apasionada, que llora de la emoción cuando gana su equipo y cuando celebra sus éxitos, esa gente que se desgarra por dentro por lo que ama. Esa es la gente que vale la pena. Vale la pena porque no hay nada más bonito que alguien con convicción en sus creencias.
Rodéate de gente buena, de gente como tu tía Cristina, como tus Tíos segundos (mis primos Jaime, Daniel, Pablo, Alejandro, Juan, Stephan y Martín), como esos amigos de siempre que nos hemos visto durante 25 años en la misma tribuna, en las mismas sillas (ellos saben quienes son). Esas personas que han tenido. De gente como tus abuelos Edgar y Juanita que nos ha enseñado que la recursividad, la pasión y el empeño son parte fundamental de la vida.
Yo esperé 34 años para ver el sueño de ver a Santa Fe campeón y para verlo dejé todas mis cuerdas vocales, mis uñas, mi estómago y mi energía para mandárselas a esos 11 guerreros de turno domingo tras domingo.
Un domingo llegó el premio a esa constancia, hoy, dos años y medio después estoy volviendo a vivir eso, una emoción inmensa que solo sabemos entender quienes hemos visto la vida desde este lado. Una emoción que te cambia la vida, que te hincha el pecho, que te da motivos para seguir viviendo día tras día, semana tras semana, domingo tras domingo.
Algunos me llamaban y me llaman loco, intenso, aburrido porque dejaba los puentes pasar por ver a Santa Fe en su estadio. Algunos me llamaron demente por llorar en un partido frente al Huila, pero te digo mi princesa, que esos detalles son los que marcan la diferencia, las que te van a convertir en una persona diferente a las demás. Esos detalles son los que hacen que la vida tenga magia.
Amor mío, te estoy dando este regalo de convertirte en leona, no solo porque yo soy de Santa Fe, del mejor equipo del mundo para mí, te lo doy para que entiendas que se vale soñar, que se vale tener creencias ciegas, se vale, mi amor, todo mientras luches y luches por lo que tu sueñas, por lo que crees y lo que eres.
Gracias mi amor por traernos suerte, por traernos esa fortuna de ser campeones otra vez. Ese regalo nunca lo voy a olvidar y nunca lo olvidará ningún Santafereño. Nos trajiste la octava estrella.
Por eso aunque no me hayan dejado en tu registro ponerte tu nombre completo, hoy más que nunca eres Mariana de la Santa Fe.
Te amo mi Mariana.
Con la Santa Fe puesta en que me acompañes toda la vida al estadio hasta que me tengas que llevar con oxígeno, en silla de ruedas, con bastón me despido.
Vamos León!!!
PD. Les deseo una muy feliz Navidad, que el 2015 esté lleno de cosas buenas para ustedes y sus familias, para nuestra familia del León. Gracias por seguirme un año más en este blog, ciego, de creencias ilógicas, pero que hago con todo el cariño para ustedes. Fuerte abrazo de gol de campeonato.