Volveremos!

Hace tiempo que sueño con esta palabra: Volveremos... Volveremos a ser campeones antes de lo que piensan, volveremos a ser millones de corazones rojos en el estadio, Volveremos a nacer por el rojo.

Quería agradecerles por los comentarios, apoyos y demás... Me gusta saber que mi "trabajo" no pasa en vano. Poco a poco construimos un blog fuerte, en el que trataré de ser lo más participativo posible, donde sean ustedes quienes tengan la palabra. Como han podido ver hay nuevos "engalles" en el blog. Espero les gusten y les sirvan para informarse mejor del equipo.

Como pueden ver en el blog acá a la izquierda, Maximiliano Flotta se ganó la encuesta de el jugador más regular del torneo. Bien por Flotta, que ha callado a más de un escéptico (me incluyo) y que se ha ganado el corazón de los hinchas, no por su talento sino por su coraje, empuje y ganas. Eso es lo que es un jugador de Santa Fe, un León y eso ha sido él. Obtuvo más del 50% de los votos. También un gran reconocimiento para Julio y para Bernal, en quien tengo toda la fe puesta.

Ahora los invito a opinar sobre por qué la gente no va al estadio y los invito a que me den ideas para llevar más gente. La primera es que el domingo todos debemos obligar a ir a una persona con nosotros. Y pues obvio debe ser del rojo, hay que obligarlo a comprar la camiseta y demás merchandising (ojalá oficial). Las mejores ideas, las expondré frente a los directivos.

Debemos llevar gente al estadio!!!

En facebook vi un mensaje en el grupo "Café del Rhin" al que me uno a la causa con toda. Tenemos que hacer que más gente vaya al estadio. Tenemos que mantener un promedio por encima de los 20.000. Estamos segundos en ambas tablas, el equipo tiene jugadores que se matan por la camiseta, tenemos un técnico de renombre. Tenemos que seguir construyendo una gran familia albiroja. Grande Daniel!

Para llenarlos de nostalgia, les invito a leer un artículo que encontré en El Tiempo que se publicó el día que estuvimos tan cerca de lograr la séptima estrella. Algunos lo deben conocer, Hernando Ramírez, el señor con el pelo ya blanco y con la pasión intacta por el glorioso albirojo. Ese que siempre nos hace vibrar con uno de nuestros grandes íconos el TA TA TA. Ese que hace temblar al templo de la 57 cada vez que nuestro equipo pasa la media cancha y que siempre termina sin voz, tanto él como su hija la corneta de tanto alentar. 

Otra de las cosas que me encantaría tener en este blog, es incluir anécdotas de hinchas, cosas imposibles que hayan hecho por nuestro amado equipo, cosas como faltar al cumpleaños de la novia, haber llorado, haber llamado a alguien a molestarlo, hablar del mejor partido que recuerdan, ese tipo de cosas que hacen que uno se emocione. Las pueden poner en los comentarios o mandármelas a mi mail, las mejores las pondré en el post. Por ejemplo tengo un amigo que viajó desde Madrid y otro que viajó desde NY para ver el partido contra el Madrid.

Un abrazo León y ahora si el artículo.

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Tomado de eltiempo.com

En cada paso de este hombre surge alguna historia, cada frase suya encierra un fragmento de la vida de Santa Fe. Hay que verlo caminar con su camiseta para sentirlo, escudriñar su memoria para saber que aprendió, ya nadie sabe cuándo, a ver el mundo en blanco y rojo. Simplemente, un día de 1.948 me enamoré de ese equipo que ví jugar en Bogotá, de ese que fue campeón por primera vez , dice, con una firmeza incuestionable, Hernando Ramírez, el fanático característico, la cabeza de la barra que hizo famoso el Tá, tá, tá de una corneta que nunca para de sonar, que pareciera gritar San - ta - Fe una y otra vez.

En cada paso de este hombre surge alguna historia, cada frase suya encierra un fragmento de la vida de Santa Fe. Hay que verlo caminar con su camiseta para sentirlo, escudriñar su memoria para saber que aprendió, ya nadie sabe cuándo, a ver el mundo en blanco y rojo. "Simplemente, un día de 1.948 me enamoré de ese equipo que ví jugar en Bogotá, de ese que fue campeón por primera vez", dice, con una firmeza incuestionable, Hernando Ramírez, el fanático característico, la cabeza de la barra que hizo famoso el Tá, tá, tá de una corneta que nunca para de sonar, que pareciera gritar San - ta - Fe una y otra vez.

Tá, tá, tá... Tá, tá, tá... Tá, tá, tá..."Llegué a la Barra 25 en 1978. Ocho años antes, en 1970, Francisco Roa había tenido la bella idea de fundarla", recuerda él, un pastelero que llegó a fabricar, con la ayuda de tres hombres y durante un mes, el ponqué más grande que haya visto jamás: fue en 1986, para el cumpleaños número 45 del equipo y, en torta negra cubierta con crema de los colores de rigor, hizo una cancha y puso a jugar a Santa Fe en dulces figuras a la sombra de un enorme escudo en pastillaje.

Cinco mil personas se comieron esta exuberante muestra de fidelidad que él mismo transportó en un camión hasta un vasto salón de Corferias donde empezó una fiesta casi interminable.

25 veces 25...

"La Barra 25 nació en 1970, en la víspera de un clásico contra Millonarios", cuenta Hernando Ramírez. Ocurrió también en una fiesta de cumpleaños a la que asistieron 25 hinchas de Santa Fe que compraron 25 boletas y, por supuesto, ocuparon 25 lugares en la tribuna. Desde ese entonces, hace 35 años, una gran pancarta empezó a colgar desde el segundo piso de Oriental, en El Campín, hasta convertirse casi en una huella dactilar del estadio.

Tá, tá, tá... Tá, tá, tá... Tá, tá, tá... Hernando Ramírez, a sus 74 años, da otro paso y una historia más pasa por su mente. Sus dedos señalan el álbum, las fotos con ídolos de por lo menos tres décadas, los recortes de EL TIEMPO con juegos de los últimos 57 años...

Por supuesto, ahí está el más grande, Alfonso Cañón, ahí se ven Hugo Ernesto Gottardi, Sergio Angulo, Adolfo Valencia... Una romería de personajes que acudieron al estadio e incluso a su casa y a su pastelería y que nunca fallan cuando su memoria los llama a lista.

Barra de caballeros.

Y el claxon? Suena igual, pero se ve distinto. En otros tiempos, desde los años 70, cuando empezó a sonar, era un tanque rojo y blanco con el nombre de la barra en su costado y dos cornetas brillantes. Hoy, el tanque de 3.000 libras de aire comprimido que la compañía Aga-Fano recarga de manera gratuita -costaría 30 mil pesos-, es de color negro (por exigencias técnicas y de seguridad de la firma) y conserva encima las cornetas.

"Desde que empezó a sonar, jamás ha parado. A veces, según la emoción del juego anterior, debemos recargarlo antes de cada partido", asegura, y recuerda las condiciones inquebrantables de la Barra, esas que jamás pueden irrespetarse: "Hay que ser todo un caballero", sentencia, mientras se sienta al lado de una buseta de madera en miniatura -como la que transportaba a los jugadores en los 80- con los emblemas rojos y blancos.

También, para estar en la Barra, es imprescindible comprar el abono completo por toda la temporada, que puede costar $160.000. Una prueba de pasión que en años tan ajenos al título no muchos estuvieron dispuestos a pagar. Pero hay más: tener la camiseta puesta, viajar con el equipo, puede significar ser el blanco de una agresión.

Tá, tá, tá... Tá, tá, tá... Tá, tá, tá... Ese sonido insistente, penetrante, hace dos meses que no se escucha en Bogotá. "La violencia nos alejó de otros estadios, alejó de El Campín a muchos miembros de la barra, es la mayor diferencia entre el fútbol de antes y el actual y, ahora, nos quitó los símbolos de la fiesta. No podemos entrar el claxon ni llevar las pancartas y las banderas", se lamenta un hombre que ha puesto sus sentimientos a prueba de tormentas y de inclemencias.

Un fanático que hoy, poco después de viajar a Medellín con el equipo, sigue viendo el mundo en blanco y rojo, como al principio, y cree en un título que no celebra hace 30 años como si lo presintiera. "Es que el fútbol nunca da tristezas. Solo alegrías".

Tá, tá, tá... Tá, tá, tá... Tá, tá, tá....