jueves, 10 de diciembre de 2015

PARARSE SIEMPRE. ¡SIEMPRE!

Con este equipo hemos aprendido muchas lecciones de vida y mis padres me han enseñado más a través de este club que con toda la educación que me pudieron dar.

Mi papá me enseñó geografía con los equipos de fútbol. Me enseñó las capitales a los tres años a punta de equipos de fútbol. Cuando me mencionaba un país, inmediatamente yo tenía que responder cuál era la capital y de ahí se desprendía una charla futbolística entendiendo el terreno de cada uno de los países.

Me enseño muchas cosas, pero hoy quiero compartir con ustedes la más importante:

No importa el tiempo que dure un mal. No, no importa para nada.

Lo único que importa es pararse. Pararse cuando las cosas pueden estar mal o cuando están bien. El hecho, es que siempre hay que levantarse. Porque al levantarse empieza el primer paso para lograr lo que se busca.

Hace mucho años, mi papá junto con otros aficionados quizo sacrificar todo para levantar este club.

Para algunos, lo hizo de manera irresponsable, porque lo hizo rompiendo el cochinito, sacrificando su tiempo, sus ahorros y su juventud. Desde ese momento, siempre luchó para que Santa Fe se levantara sin importar el lugar donde estuviera. 25 años después la recompensa es enorme, tan grande que no cabe en nuestra cabeza y nuestro orgullo.

Ayer, en el día más importante de nuestra historia, mi querido y admirado padre me dio nuevamente esa lección de vida y la repito: Siempre hay que pararse. Sin importar la situación o como te encuentres. Encontrándose mal de salud o estando débil, siempre hay que pararse.

Ayer nadie más que él tenía que levantarse, porque Don Edgar tenía que gozar ese "siempre viene algo mejor y más grande". Porque había que disfrutar el día más lindo de nuestra historia.

Atrás en el tiempo, quedaron esas paradas de los noventa cuando estábamos en las peores posiciones, cuando nos parábamos después de salvarnos del descenso, porque perdíamos con Lanús o cuando perdíamos un clásico y había que llegar para que nos molestaran en el colegio o en la oficina.

Hoy somos nosotros, los que nos paramos tantas veces pese a las derrotas los que tenemos que celebrar sin parar. Tiene derecho a celebrar el que se paró, el que se levantó de todas esas situaciones y que como fieles religiosos seguimos con la inculcada fe ciega.

Siempre hay que pararse amigos porque tarde o temprano, la gloria siempre va a llegar.

Gracias papá por tantas lecciones. Gracias por demostrarme que pese a que en la vida no hay nada fácil, se puede llegar a lo más alto. Es solo cuestión de actitud y de convicción.

Gracias papá amigo por hacerme sentir ese gran aplauso que te dieron ayer jugadores, hinchas y directivos por tus más de 25 años como directivo de este humilde pero enorme club.

Gracias por darme a mi hermana quien aprendió de ti más que yo.

Gracias por ampliarme la familia a más de 100 personas con las que año tras años hemos visto al león en esa platea (Ustedes saben quienes son).

Gracias papá por hacerme hincha del equipo más grande del continente, del primer campeón, del primer campeón de la Suramericana en Colombia.



Simplemente gracias por ser tú, por ser mi padre.

Te adoro papá y celebra que te lo mereces como nadie.

Con la Santa Fe puesta en que te recuperes y nos sigamos parando me despido.

Vamos León!!!

jueves, 3 de diciembre de 2015

MUY ORGULLOSO DE SER LEÓN

Ayer mientras veía el partido en la clínica con mi papá solo pude sentir orgullo de ser hincha de Santa Fe. Por supuesto, la primera razón de ese orgullo se daba por haber seguido la terquedad de mi papá por hacerme hincha de este sentimiento. La segunda, se da porque considero que Santa Fe jugó la primera final con una entrega total, con un experiencia y jerarquía que se le ve a pocos equipos en el continente.

Santa Fe ayer se portó como un gigante de Suramérica. Fue tácticamente ordenado y aplicado.

Parecía un experto copero. ¡Qué zorro es Pelusso! Supo parar a los jugadores muy bien en el partido, tanto que hasta Angulo jugó bien pese a sus desperdicios que nos tendrían hoy con la copa en el bolsillo.

Me sentí orgulloso de tener un jugador extranjero en mi equipo totalmente enamorado de su camiseta, la misma que usted y yo, apreciado lector, nos ponemos todos los domingos para ir al estadio. Qué orgullo ver a tanto jugador del famoso proceso dentro de la cancha. Qué orgullo ver a los de FOX Sports hablando maravillas de este equipo.

Mi orgullo crecía cuando al aparecer los equipos se oían los coros incansables de la hinchada de Huracán, los mismos que con el correr de los minutos se volvían tímidos vientos de verano Argentino. Santa Fe fue capaz de apaciguar a una hinchada Argentina por segunda vez, como ya lo había hecho con Independiente.

Ese sentimiento se hacía más fuerte cuando Huracán se dedicó a echar pelotazo sin sentido y sin dirección, con desespero y sin convicción.

Es cierto que tal vez pudimos arriesgar un poco más para ganar el partido. No faltará el amargado que dirá que faltó esto. Para mí, fue un partido perfecto, muy bien jugado y muy bien planteado. Enormes todos los defensores.

Enormes Seijas y Gordillo. El primero, con mucha claridad, echándose el equipo al hombro y siendo protagonistas en las cuatro jugadas de gol del primer tiempo. El segundo con una lucha incansable que hizo olvidar a sus antecesores nuevamente.

Qué bonito partido. Qué bonita final jugó Santa Fe.

Yo no se mañana qué pasará, hoy, desde ya, le doy gracias a Santa Fe por llenarme el pecho de orgullo. Por hacer que Bogotá este sonando por todo el continente. Hoy Santa Fe es el equipo de moda en Suramérica y así hay que verlo y de la misma forma disfrutarlo. Enjoy my friend!

Con la Santa Fe llena de orgullo por mi equipo me despido.

Vamos León!!!

#FuerzaPlazas!!!